La industria extractiva reivindica su papel dinamizador de la biodiversidad en espacios protegidos
La gestión correcta de los recursos geológicos permite compatibilizar las actividades extractivas y la promoción de la biodiversidad, incluso en áreas protegidas. Ésta ha sido una de las principales conclusiones a las que han llegado los más de 130 expertos nacionales e internacionales que se han dado cita en el Foro Internacional “Contribución de la industria extractiva a la red Natura 2000 – Una oportunidad para la biodiversidad”, celebrado el 9 de febrero en la sede del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en Madrid.
Durante el encuentro se ha hecho hincapié también en el importante papel que juega la industria extractiva en el fomento del desarrollo social y económico de las regiones donde opera. Un valor que permanece, en su mayor parte, en el entorno local donde se ubican las explotaciones y que la convierte, por tanto, en un sector empresarial fundamental a la hora de crear y mantener el empleo en las zonas rurales y de proporcionar las materias primas imprescindibles para el bienestar de todos los ciudadanos. La mayor parte de todo lo que nos rodea en el día a día, procede de las minas y canteras.
La importancia de esta industria se refuerza por ser proveedora de materias primas de numerosos sectores empresariales básicos para la economía, como el cemento, cales, cerámica, hormigón, mortero, ladrillos, vidrio, construcción, siderurgia, industria química, generación de energía, alimentación, medio ambiente, etc. De hecho, según la Comisión Europea “el 70% de la industria europea depende de la extracción de recursos naturales para generar crecimiento y empleo”.
En el contexto español, este sector es además básico a la hora de paliar el déficit de la balanza de pagos, ya que el 20% de las rocas y minerales extraídos anualmente en nuestro país se destinan a la exportación, lo que supone la entrada de 1.500 millones de euros a la balanza comercial española.
Una oportunidad para la biodiversidad
En el ámbito de la biodiversidad, la rehabilitación de las explotaciones durante y al final del ciclo del proyecto es una de las vías utilizadas por la industria extractiva no energética para contribuir a su conservación. De hecho, en España y en Europa existen numerosos casos de éxito de explotaciones que han sido rehabilitadas y se han convertido en áreas integradas dentro de la propia red Natura 2000, mejorando incluso la biodiversidad preexistente en la zona, especialmente en el caso de medios naturales empobrecidos, en los que los procesos de rehabilitación prestan una contribución positiva neta al proporcionar nuevos hábitats a las especies.
Con este tipo de iniciativas, la industria extractiva destina además una parte de sus recursos económicos a la conservación de la naturaleza, reduciendo la dotación de recursos públicos necesaria para tal fin. Estas actividades se realizan, no solo a través de la inversión en mejoras sobre el terreno, sino también mediante la financiación de proyectos concretos de asociaciones conservacionistas de ámbito local y nacional, lo que permite incrementar y mejorar las zonas de anidamiento de aves, la reforestación con especies autóctonas o la creación de ecosistemas idóneos para la pervivencia de especies locales amenazadas, entre otros.
“Es fundamental que las Administraciones apoyen la inclusión de las actividades extractivas en los planes de gestión de la red Natura 2000, siempre y cuando el proyecto sea adecuado y cumpla con todos los requisitos marcados por la normativa ya que, a lo largo de décadas, este sector ha demostrado su alto grado de implicación y responsabilidad a la hora de gestionar y mejorar la riqueza de los ecosistemas en los que opera”, ha indicado el presidente de Cominroc, Carlos Monge Ganuzas.
“Para la Comisión Europea, la explotación de recursos naturales, como son las materias primas minerales, sí que es posible en las áreas de red Natura 2000, con un proceso de evaluación adecuada. Consideramos que la industria extractiva, correctamente gestionada, lejos de ser una amenaza, es una oportunidad para la biodiversidad. De hecho, la Comisión Europea cuenta con una Guía sobre Industria extractiva no energética y red Natura 2000 donde se detalla el procedimiento aplicable para la autorización de nuevas explotaciones mineras en dichas áreas. La Comisión Europea está trabajando en la mejora en la aplicación de las Directivas ya que es imprescindible tanto para seguir avanzando en materia de biodiversidad, como para asegurar que las actividades económicas se sigan desarrollando en las áreas de red Natura 2000”, han resaltado el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja Crespo así como Nicola Notaro, jefe de Área de red Natura 2000.
Durante el encuentro, organizado por la Confederación Española de Industrias Extractivas de Rocas y Minerales Industriales, COMINROC, han intervenido también, la secretaria de Estado de Medio Ambiente, María García Rodríguez y el director general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural, Javier Cachón de Mesa; además de un nutrido grupo de expertos del ámbito asociativo, académico, institucional y empresarial.
El acto ha sido también la puesta de largo de la Red Europea de Canteras y Minas Sostenibles, formada por varias organizaciones europeas y alguna nacional, como COMINROC, que propugna la compatibilidad de la industria extractiva con la protección del medio ambiente y, en particular, de la biodiversidad.